Sinopsis del libro Lélia contra Consuelo
Si la amistad, por definición, es el sentimiento de comprensión activa y pasiva por virtud del acercamiento, entonces, cuando un mito literario despierta en nosotros una necesidad de comprensión, junto a una irresistible necesidad de acercamiento, es porque nos despierta amistad. Y no estando presente, se trata de una “amistad de espíritu”.
Así define André Maurois el sentimiento que le une a Aurora Dupin y al que se refiere en el prólogo de la biografía de la autora, “Lélia”. Y ese mismo sentimiento es el que he experimentado yo a lo largo de mi vida respecto de este personaje entrañable para mí desde mis primeras clases de Literatura.
George Sand, incluso ha sido el mito literario al que he intentado identificarme en muchos momentos de mi trayectoria profesional. No sólo por mi aspiración literaria y mi oficio de periodista, sino porque también como ella he experimentado esta lucha interior entre mi “Lélia” y mi “Consuelo”, además de vivir una época muy parecida sociológicamente, ella en Francia y yo en España, que siempre ha estado atrasada en ese siglo que nos separa de la vieja vecina del continente.
Yo nací en la post-guerra civil española. Ella después de las victorias napoleónicas y ya en su decadencia. Ella fue la única mujer en una redacción de periódico con hombres. En la mía, éramos dos mujeres redactoras y una secretaria. Mis marcajes patriarcales educativos y los religiosos han constituido un objetivo a desmarcar toda mi vida. Igual que le ocurrió a ella. Así que nuestras Lélias o mujeres poetas o literarias y nuestras Consuelos, mujeres familiares y supeditadas al hogar, han estado siempre en lucha en el fondo de nuestras almas.
Tanto Lélia como Consuelo son dos personajes de la autora, precisamente, con estas características.
Mi acercamiento a George Sand no es con la pretensión de reflejar una biografía. Aunque lo cierto es que para interpretar su vida, he tenido que leer muchas versiones de la misma, así como de su obra. Mi vida en París estuvo casi dedicada a este acercamiento, que compartí con el de Safo, en la Bibliothèque Marguerite Durand, la mejor biblioteca feminista del mundo, dedicada al matriarcado.
Aurora Dupin, el nombre real de George Sand, no fue una matriarca. Lo fue su abuela. Y ella vuelve a esta imagen en su vejez, rodeada de su hijo y nuera y de sus nietos. Pero su vida es un frenesí. Trabajadora incansable que hace de las noches día, trabajando mientras su familia descansa, para poder dedicarse a ella durante el día, lucha en Venecia por un Musset alocado y envuelto en orgías, mientras su salud se resiente, o se pelea en Mallorca con una sociedad que la repudia por la enfermedad de Chopin.
Por tanto, Aurora Dupin no es un monstruo, como se la ha querido reflejar a veces. En todo caso, es un monstruo de trabajo y de actividad. Pero es una persona sensible y protectora que lucha contra un marido que se ha apoderado de sus bienes y que los gestiona mal, mientras se acuesta con todas las criadas y bebe hasta enfermar junto al hermano de padre de Aurora que vive con ellos en Nohan.
No se engañe el lector, su vida no es fácil. Como no lo ha sido la mía. Ambas hemos luchado en un mundo de hombres y socializado por hombres. Y hacerse un lugar ahí es toda una proeza.
Ella se separó y su divorcio constituyó un ejemplo para muchas mujeres de su época que se habían visto desprotegidas incluso de su herencia por sus maridos. Ella consigue que su sentencia siente precedente jurídico. Yo me separo en 1976 en España, cuando no existe divorcio todavía.
Les dejo con mi adorable mito literario. Disfruten con su inteligencia y su “savoir faire”.
Sobre la autora
M. D. Mountané

Periodista científica especializada en Salud, Medicina y Sanidad. Autora de diversas publicaciones sobre esta temática: “Las enfermedades del corazón” (Ed. De Vecchi,1988, traducida a diversas lenguas), “Las alergias y su curación” (también De Vecchi, 1988 y traducida a diversas lenguas), “La menopausia” (Ed. Icaria, 1994), “Violencia contra las mujeres y sexualidad masculina” (Ed. SDM, 2003), “Biología del arte y de la creatividad” (Ed. SDM, 1990), “Desencuentro emocional y sexualidad en la pareja de hoy” (Ediciones Amat, 2005), “El libro para conducir reuniones con éxito” (Díaz de Santos, 2005), “Antienvejecimiento, longevidad, salud y felicidad” (Ed. Anthropos, 2009), “Dietética antiaging y anticáncer” (Díaz de Santos, 2010).
También ha publicado libros de Arte y biografías de artistas. Así como un libro de Narrativa: “Cartas de un viajero solitario del siglo XX”. Ed. Plaza Janés, 1981).
Ha sido colaboradora de diversas publicaciones científico-médicas como “Salud y Estética” (revista dirigida a profesionales médicos: especialistas en Medicina Biológica, Medicina Estética, cirujanos plásticos y dermatólogos) donde ha tenido la responsabilidad de la publicación de dosieres científicos de Medicina de vanguardia. También colaboró en las páginas de Salud de “La Vanguardia”, así como en “Discovery Salud” (revista divulgativa), “Jano Medicina” (revista médica), “Noticias médicas” (revista dirigida a médicos), de la que fue, durante años, corresponsal en París, y otras publicaciones de divulgación de salud.
También, en la década de 1980, fue guionista de Televisión Española (1983 – 1986) y en la década de 1970, corresponsal en París de diversas publicaciones (1973 – 1976) como “Gazeta del Arte” y la ya enumerada “Noticias médicas”. Fue asimismo jefe de Cultura y Sociedad del “Diario de Barcelona” (1977–1982).